
Valprotan 500mg
30 Tabletas Recubiertas

COMPOSICIÓN:
Cada tableta recubierta contiene:
Ácido Valpróico 500mg
Excipientes c.s.p. 1 tableta Recubierta
INDICACIONES:
Tratamiento de epilepsia (crisis complejas parciales y crisis de ausencia simples y complejas).
Tratamiento de trastornos maníacos.
Prevención de crisis de migraña.
POSOLOGÍA:
Epilepsia (crisis complejas parciales y crisis de ausencia simples y complejas).
Adultos y niños mayores de 10 años: Iniciar con 15-30 mg/kg/día e incrementar 5-10 mg/kg/día a intervalos semanales hasta lograr la respuesta terapéutica deseada y acorde con la tolerancia del paciente. La dosis diaria debe dividirse cada 8 a 12 horas.
Manía
Adultos: Iniciar con 25 mg/kg/día e incrementar gradualmente hasta obtener la respuesta terapéutica deseada y acorde con la tolerancia del paciente. La dosis media diaria normalmente está comprendida entre 1.000 y 2.000 mg de valproato. La dosis diaria debe dividirse cada 8 a 12 horas.
Prevención de crisis de migraña
Adultos: Iniciar con 500 mg una vez al día por 1 semana e incrementar después a 500 mg cada 12 horas. Por lo general la respuesta terapéutica óptima se logra con dosis menores de 60 mg/kg/día y niveles plasmáticos de ácido valpróico entre 50 y 100 mcg/ml (entre 50 y 125 mcg/mL en pacientes con manía).
Dosis Máxima diaria:
Epilepsia (adultos y niños > 10 años): 60 mg/kg/día
Manía (adultos): 60 mg/kg/día
Prevención de crisis de migraña (adultos): 1 g/día.
Dosis en pacientes especiales:
Insuficiencia renal: No se requieren ajustes de dosificación. Insuficiencia hepática: No se requieren ajustes de dosificación. Ancianos: Dado que muchos de estos pacientes presentan limitaciones en su capacidad depurativa y, por lo general. son más propensos a los efectos adversos de los medicamentos, se recomienda en ellos iniciar tratamiento con dosis menores a las recomendadas e incrementas a intervalos mayores.
MODO DE EMPLEO O FORMA DE ADMINISTRACIÓN:
La administración es por vía oral, Los comprimidos se deben tragar enteros sin masticar ni triturar con ayuda de un poco de agua en 1 o 2 tomas, preferentemente en el curso de las comidas. La solución oral se puede tomar en medio vaso de agua azucarada o no, pero nunca con bebidas carbonatadas, y preferentemente durante el curso de las comidas.
REACCIONES ADVERSAS:
Las reacciones adversas se han clasificado por su frecuencia en:
⁃ Muy frecuentes (>1/10)
⁃ Frecuentes (>1/100, <1/10)
⁃ Poco frecuentes (P1/1000, <1/100)
⁃ Raras (71/10.000, *1/1.000)
⁃ Muy raras (<1/10.000)
⁃ Frecuencia no conocida (notificadas durante uso post-comercialización y en datos de laboratorio)
-Trastornos del sistema sanguíneo y linfático:
Frecuentes: Anemia, trombocitopenia, hemorragias.
Poco frecuente: Pancitopenia, leucopenia
Raras: Supresión de la médula ósea, aplasia pura de células rojas, agranulocitosis, anemia macrocítica. macrocitosis, pruebas de coagulación alteradas (prolongaciones del tiempo de protrombina, tiempo de tromboplastina parcial activada y del Cociente Normalizado Internacional -INR-).
Frecuencia no conocida: Porfiria intermitente aguda
-Trastornos gastrointestinales:
Muy frecuentes: Náuseas, vómitos, indigestión.
Frecuentes: Dolor abdominal, diarrea
Poco frecuente: Trastornos del gusto, aumento del apetito, eructos, flatulencia, hematemesis, pancreatitis
-Trastornos hepato-bilares:
Frecuentes: Elevación de las enzimas hepáticas
Poco frecuentes: Hiperbilirrubinemia, falla hepática.
⁃ Trastornos del metabolismo y de la nutrición:
Frecuentes: Hiponatrema, aumentos de peso.
⁃ Trastornos endocrinos:
Poco frecuente: Síndrome de secreción inadecuada de la hormona antidiurética
Raras: Encefalopatía hiperamonémica en pacientes con trastornos del ciclo de la urea, hiperglicemia, pruebas de función tiroidea alteradas.
-Trastornos renales y urinarios:
Poco frecuentes: Frecuencia urinaria, incontinencia urinaria, cistitis.
Raras: Enuresis, síndrome de Fanconi reversible, nefritis intersticial.
-Trastornos cardiovasculares:
Poco frecuente: Palpitaciones, taquicardia, bradicardia, alteraciones de la presión arterial, arritmias, dolor en el pecho, vasculitis, edema periférico.
-Trastornos del sistema nervioso:
Muy frecuentes: Temblor.
Frecuentes: Mareos, cefalea, estupor, somnolencia, depresión, confusión, nerviosismo, agresividad, pérdida de memoria, déficits de atención, pensamientos anormales, labilidad emocional.
Poco frecuente: Letargia, ataxia, incoordinación, parestesia, parkinsonismo reversible. cefalea. encefalopatía. coma
Raras: Trastornos cognitivos, hiperactividad psicomotora, demencia reversible, cambios de personalidad, sueños anormales, psicosis, hostilidad, alucinaciones
-Trastornos respiratorios:
Poco frecuente: Tos, sinusitis, rinitis, disnea.
Raras: neumonía.
-Trastornos músculo-esqueléticos:
Poco frecuente: Debilidad muscular, mialgia, artralgia, calambres, dolor de espalda.
Frecuencia no conocida: Disminución de la densidad ósea, osteoporosis.
-Trastornos del oído y laberinto:
Frecuentes: Pérdida de la audición, tinitus.
Poco frecuente: Vértigo, otitis media.
-Trastornos oculares:
Frecuentes: Nistagmo, diplopía, ambliopía
Poco frecuente: Conjuntivitis, dolor ocular. –
-Trastornos del aparato reproductor y de la mama:
Frecuentes: Dismenorrea
Poco frecuente: Amenorrea
Raras: Ovarios poliquísticos, galactorrea, infertilidad masculina. Frecuencia no conocida: Vaginitis.
-Trastornos de la piel y del tejido subcutáneo:
Frecuentes: Alopecia transitoria, seborrea, sequedad de la piel. Poco frecuente: Angioedema, erupción.
Raras: Necrólisis epidérmica tóxica, síndrome de Stevens-Johnson, eritema multiforme.
-Trastornos del sistema inmunológico:
Raras: Prurito generalizado, fotosensibilidad, anafilaxia, síndrome de hipersensibilidad a medicamentos con eosinofilia y síntomas sistémicos
-Trastornos generales:
Poco frecuente: Malestar general, fiebre, escalofríos, hipo Raras: Síndrome mielodisplásico.
Frecuencia no conocida: Lupus eritematoso sistémico.
ADVERTENCIAS Y PRECAUCIONES:
Generales
Con el uso del ácido valpróico se han descrito casos graves y ocasionalmente fatales de insuficiencia hepática. Por le general, la patología ocurre durante los primeros 6 meses del tratamiento y puede cursar en su fase prodrómica con síntomas inespecíficos que incluyen: malestar general, debilidad, fatiga, astenia, somnolencia, anorexia, dolor abdominal y vómitos. La evidencia disponible indica que la incidencia es mayor en pacientes pediátricos con poli terapia anticonvulsivante, con trastornos convulsivos graves, lesión cerebral, retraso mental y/o enfermedad metabólica o degenerativa congénita. Aunque la incidencia declina progresivamente con la edad de los pacientes, la misma no desaparece del todo. Por ello, durante el tratamiento (en especial los primeros 6 meses) se debe prestar particular atención a cualquier manifestación precoz y/o resultado de laboratorio que sugiera disfunción hepática y, en tal caso, suspender de inmediato la medicación y evaluar la situación. Así mismo, se debe instruir a los pacientes (o a sus familiares en caso de niños) a informar al médico tan pronto como sea posible si se presenta alguno de los síntomas antes señalados.
Antes de iniciar un tratamiento con ácido valpróico, y periódicamente durante su desarrollo, se debe evaluar la función hepática.
En pacientes que reciben ácido valpróico, tanto niños como adultos, se han reportado casos graves de pancreatitis, algunos con desenlace fatal. La condición se inicia con síntomas que incluyen: dolor abdominal (que empeora al comer), anorexia, náuseas, vómito y sensibilidad al palpar el abdomen. Si durante el tratamiento se presenta alguna de tales manifestaciones, se debe suspender la medicación e informar de inmediato al médico. Se debe informar e instruir a los pacientes (o a sus familiares en caso de niños) en tal sentido.
Dado que el uso de ácido valpróico se ha asociado a la ocurrencia de encefalopatía hiperamonemia, ocasionalmente mortal, se debe advertir a los pacientes la importancia de notificar de inmediato al médico si durante el tratamiento se presentan los síntomas de dicha condición, los cuales incluyen: letargia, vómitos, ataxia y cambios repentinos del estado anímico. Los individuos con historia familiar o personal de trastornos del ciclo de la urea resultan particularmente susceptibles a esta posibilidad.
Los antiepilépticos en general, y entre ellos el ácido valpróico, pueden generar en algunos pacientes pensamientos anormales e ideación suicida. Por ello, durante el tratamiento se debe prestar especial atención a la ocurrencia de depresión (o a su a agravamiento si ya existía), inestabilidad emocional y cambios o alteraciones repentinas de conducta, e informar al médico si ello sucede. Se debe advertir de tal posibilidad e involucrar en la vigilancia a los familiares, acompañantes, cuidadores o responsables del paciente.
Ante la ocurrencia de hematomas o hemorragias espontaneas durante el tratamiento con ácido valpróico se debe considerar la posibilidad de trombocitopenia. Dicha anomalía suele ocurrir con más frecuencia en pacientes con dosis iguales o superiores a 50 mg/kg/día. Según la gravedad del caso podría ser necesario reducir la dosificación del medicamento o, inclusive, suspenderlo. En pacientes que van a ser sometidos a cirugía se recomienda la realización previa de conteo plaquetario, tiempo de sangrado y pruebas de coagulación.
Como el ácido valpróico puede ocasionar mareos, somnolencia, confusión y trastornos de coordinación, podría también afectar negativamente la capacidad de concentración y la habilidad para conducir vehiculos y operar maquinarias. Se debe advertir a los pacientes tal posibilidad.
La eficacia y seguridad del divalproato sódico para el tratamiento de manía y profilaxis de migraña en pacientes menores de 18 años no ha sido establecida.
Debido a que en pacientes epilépticos la suspensión brusca del tratamiento con ácido valpróico puede generar una crisis convulsiva, se recomienda hacerlo (en caso de ser necesaria la retirada) de manera gradual.
Se debe advertir a los pacientes la necesidad de tomar el medicamento con apego estricto al horario que se establezca y a no alterar las dosis o suspender el tratamiento sin el conocimiento del médico.
El uso simultáneo de otros anticonvulsivantes amerita ajustar las dosis individuales de acuerdo con la concentración plasmática de los fármacos.
Embarazo:
El ácido valpróico ha resultado teratogénico en animales de experimentación y existe evidencia clínica de malformaciones en neonatos cuyas madres recibieron el fármaco durante el embarazo. Se han notificado defectos del tubo neural, hipospadias, dismorfia facial, malformaciones en extremidades, malformaciones cardiovasculares y anomalías múltiples que incluyen varios órganos o sistemas con una incidencia superior a la registrada con otros antiepilépticos. Se ha sugerido, inclusive, una asociación entre la exposición a ácido valpróico durante la gestación y el riesgo de retraso mental. Sin embargo, y frente el riesgo que supone tanto para la madre como para el feto una epilepsia no controlada, el uso de ácido valpróico durante el embarazo podría considerarse en situaciones de extrema necesidad, en las que los beneficios del tratamiento a la madre superen claramente los riesgos potenciales sobre el feto y otros fármacos resulten inefectivos o estén contraindicados.
No se administre durante el embarazo o cuando se sospeche su existencia a menos que a criterio médico el balance riesgo-beneficio sea favorable.
Lactancia:
Dado que se ha demostrado que el ácido valpróico se distribuye en la leche materna y que no se conoce la seguridad de su uso durante la lactancia, se deberá decidir entre descontinuar la medicación o el amamantamiento sopesando los beneficios a la madre derivados de la terapia y los riesgos que supone para el niño la suspensión temporal o definitiva de la lactancia.
En caso de ser imprescindible su uso por no existir otra alternativa terapéutica suspéndase la lactancia mientras dure el tratamiento.
CONTRAINDICACIONES:
- Hipersensibilidad a los componentes de la fórmula.
- Enfermedad o insuficiencia hepáticas significativa.
- Trastornos del ciclo de la urea.
INTERACCIONES:
Con medicamentos, alimentos y bebidas Los antibióticos carbapenems (como imipenem, meropenem y ertapenem) pueden reducir significativamente las concentraciones plasmáticas de ácido valpróico y comprometer su eficacia terapéutica. Se desconoce el mecanismo.
El felbamato puede disminuir la depuración de ácido valpróico y aumentar hasta en un 35% sus concentraciones plasmáticas, dando lugar a la posibilidad de reacciones adversas.
En un estudio in vitro se observó que el ácido valpróico incrementaba la fracción de warfarina no unida a proteínas en un 32%, lo cual podría, teóricamente, suponer un riesgo aumentado de hemorragias.
El ácido valpróico puede aumentar hasta en un 50% las concentraciones plasmáticas de fenobarbital por inhibición de su metabolismo hepático y, en consecuencia, provocar una excesiva depresión del sistema nervioso central (SNC).
El ácido valpróico ha sido asociado con disminución de las concentraciones plasmáticas de fenitoína y consecuente reducción de su eficacia terapéutica, así como con aumento en las concentraciones de fenitoína libre y del riesgo de toxicidad.
El ácido acetilsalicílico puede desplazar al ácido valpróico de su unión a proteínas y, a la vez, inhibir su metabolismo hepático.
En un estudio con voluntarios sanos el ácido valpróico incremento en un 165% el tiempo de vida media de eliminación de la lamotrigina.
Se ha descrito que el ácido valpróico aumenta los niveles séricos del metabolito activo de la carbamazepina hasta de un 45% y, con ello, el riesgo de toxicidad.
La co-administración de ácido valpróico y topiramato ha sido asociada con hipotermia y con hiperamonemia acompañada o no de encefalopatía.
El ácido valpróico inhibe el metabolismo hepático de la etosuximida e incrementa su tiempo de vida media de eliminación hasta en un 25%.
El ácido valpróico desplaza al diazepam de su unión a proteínas, a la vez que inhibe su metabolismo hepático.
La rifampicina puede aumentar hasta en un 40% el aclaramiento del ácido valpróico reduciendo así sus niveles plasmáticos y, posiblemente, su eficacia terapéutica.
En pacientes VIH-seropositivos el aclaramiento de zidovudina se redujo en un 38% tras la administración de ácido valpróico. Se han descrito elevaciones discretas de los niveles plasmáticos de antidepresivos tricíclicos (como amitriptilina y nortriptilina) con la administración conjunta de ácido valpróico.
El uso concomitante de ácido valproico y clonazepam ha provocado estados de ausencia en pacientes con antecedentes.
El consumo crónico de alcohol podría incrementar el potencial hepatotóxico del ácido valpróico.
Su coadministración con otros agentes depresores del SNC, incluido el alcohol, puede provocar una excesiva sedación por efecto aditivo.
Interferencia con pruebas de laboratorio:
Debido a que algunos metabolitos del ácido valpróico son cetonas, podrían producirse resultados falsos positivos en la determinación urinaria de cuerpos cetónicos.
El ácido valpróico puede alterar los resultados de las pruebas de función tiroidea.